sábado, 26 de abril de 2014

Esperando el año nuevo en CHIANG MAI

Ésta ciudad es de las que enamoran a primera vista, igual que nos han enamorado: Cuzco en Perú, Ubud en Indonesia, Luang Prabang en Laos, Ho Ian en Vietnam, o Kyoto en Japón. Sitios que no olvidaremos y que marcarán el recuerdo de cada país.


Llegamos a Chiang Mai sin ser conscientes de que se se aproximaba el año nuevo budista, muy festejado en Tailandia, y que mas adelante disfrutaríamos, pero eso os lo contaremos mas adelante.

Coincidimos también con una muy famosa y anual peregrinación de los monjes budistas por las calles de la ciudad, donde la gente se postraba a las orillas del río, para recibir a los monjes con un manto floral suavizándoles el camino. 

Ésta antigua tradición tiene origen en una época en que la enfermedad asolaba a los habitantes de Chiang Mai, pidiendo así a los monjes su ayuda y oración para liberarse de ésta. Curiosamente para recibir su visita, la ciudad fue limpiada, barriendo así también la enfermedad.










Aprovechamos que se acababa la reserva de nuestro alojamiento para conocer los alrededores de la ciudad. Para ello alquilamos una moto. Ésta sería nuestra compañera de viaje durante 3 días.


Comenzamos visitando el templo mas famoso de Tailandia (Wat Phra That Doi Suthep), situado a unos 20 km de la ciudad, y en lo alto de una loma dentro del parque nacional de Doi Suthep.






Y como bien pedía la zona, nos quedamos a dormir rodeados de ésa naturaleza selvática, y a la luz de la luna, en una tienda de campaña, viendo por un huequito entre los árboles la ciudad de Chiang Mai desde lo alto.




La noche estuvo bien animada por el canto de todos los animalillos que habitan la zona, por turnos nos fueron deleitando con sus mejores melodías. Y lo mejor de todo... levantarse con semejantes vistas.



El resto de los días no fueron menos entretenidos. Visitamos una aldea con diferentes poblados étnicos, entre los cuales destacaban por su fama las mujeres de "cuello largo". Nos gustó conocer la zona, y algunas de sus tareas diarias, pero no fue agradable ver como habían convertido su rutina en mostrarse ante el turismo.












Nos acercamos también a ver otro lugar con mucha fama entre el turismo, donde se pueden ver majestuosos tigres de tamaños muy imponentes, y te permiten entrar en sus jaulas a acariciarles y hacerles toda clase de "perrerías" a éstos inmensos felinos.




De camino de vuelta y por sorpresa, nos encontramos en lo profundo de un valle, un precioso pueblito (por su pequeño tamaño), recién reconstruido, y cuidando hasta el mas pequeño detalle artístico. No encantó pasear por sus calles. Pero lo mas sorprendente de todo... es que no vimos a nadie... 








Lo que no sabíamos era lo que nos esperaba a la vuelta a la ciudad... ¡Una enorme guerra de agua de todos contra todos! Como celebración del nuevo año budista.



Pistolas, cubos, mangueras... ¡Aquí todo vale!,

cubos para rellenar repletos de hielo, ¡ésto no es justo!,

furgonetas cargadas de gente repartiendo cubazos de agua a diestro y siniestro,

pero sobre todo... muchas personas con ganas de disfrutar.

Mojados hasta los pensamientos, y sintiendo que ya no se podía estar mas mojados, nos retiramos de la batalla en el momento que comenzaba chispear.

Ducha, ropa seca, ¡que momentazo! Pero.. ahora surge otro problema, ¡pánico a salir para no volver a ser mojados!... Pero.. hay hambre, así que escondiéndonos entre los edificios buscamos un lugar cercano donde poder cenar un buen Pad Thai.

¡MISIÓN CUMPLIDA!



1 comentario:

  1. Qué divertidooo. A mojarse! Espero que estéis siendo muy felices disfrutando de estos días de silencio. Os echo muuucho de menos, mucho!

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