martes, 26 de noviembre de 2013

Oasis de HUACACHINA

Una vez más pasamos la noche viajando de un lugar a otro, ésta vez de Arequipa a Ica. Allí un taxi nos acercó a un oasis en medio de un gran desierto: HUACACHINA. Es increible ver como en un lugar tan seco, rodeado de dunas de arena fina, puede haber un lugar lleno de agua y vegetación verde.


Huacachina es muy pequeño pero con mucha actividad en cuanto a deportes de aventura. Allí no solo disfrutamos del clima, de tiempo de relax sin ruidos y de espectaculares vistas, sino que recorrimos el desierto montados en un buggy, y para rematar la aventura nos deslizamos por las cuestas de las dunas haciendo "Sand Board". Fue una experiencia bien divertida.








Suficiente con un día y su respectiva noche. Así que sin pensarlo mucho nos encaminamos una hora mas hacia el norte del país, hacia.... PARACAS.

lunes, 25 de noviembre de 2013

Descubriendo Arequipa y sus cañones..

Con mucha tristeza dejamos nuestro querido Cuzco, y emprendimos viaje rumbo a Arequipa. Tendríamos por delante unas 12 horas de autobús.

Una vez en la ciudad lo primero que nos sacó una sonrisa fue quitarnos el abrigo pues en esta ciudad, el sol brilla con fuerza, y por fin empezamos a sentir el verano.

 Lo segundo que nos sacó otra sonrisa, esta vez un poco más nerviosa, fue descubrir lo cerca que de esta ciudad están de 3 impetuosos volcanes, Chachani, PichuPichu y Misti, este último aún activo.


Una vez hospedados comenzamos a recorrer sus señoriales calles principales y el monasterio de Santa Catalina, un convento amurallado en forma de pueblo, dentro de la ciudad, que es sus buenos tiempos alojaba hasta 80 monjas de clausura VIP, tenían sus propios apartamentos dentro del convento y alguna contaban hasta con sirvienta personal, todo un lujo.




El monasterio es una preciosidad, y recorriendo sus calles (todas con nombres de ciudades españolas), entrando y saliendo en sus viviendas y curioseando por las cocinas pudimos sentir como en cierto modo se pudo vivir allí.


Al día siguiente la ciudad se nos quedó pequeña y decidimos ir a caminar por el segundo cañón más profundo del mundo, el Cañón del Colca. Y como no, un madrugón más pero este superó todos los anteriores, esta vez ¡¡¡¡¡nos vendrían a buscar a las 3:30 de la mañana!!!!!
Así que desde muy temprano el cóndor nos vino a dar los buenos días.



 Lo cierto es que no esperábamos menos, ya que el bus nos dejó unos minutos en el Mirador del Condor, tras esto continuamos ruta hasta Cabanaconde, desde donde comenzaríamos nuestra marcha de 3 noches y cuatro días, el cañón como podéis imaginar, muy, muy profundo así que las cuestas abajo y cuestas arriba además de las zetas, estaban aseguradas.



Por suerte encontramos estos paraísos donde descansamos de tanto polvo y piedra. Los hospedajes de LLahuar con aguas termales y pesca de truchas y el Lodge las palmeras situado al pie del río, un oasis verde al fondo de un polvoriento cañón.





Una vez más descubrimos que no hay cuesta que se nos resista.




Ya de vuelta en Arequipa nuestro próximo destino será Huacachina, en Ica.













viernes, 15 de noviembre de 2013

TOCANDO LAS NUBES EN MACHU PICCHU

Tras muchos días en Cuzco,  preparamos nuestras mochilas...por fin íbamos a visitar una de las más famosas maravillas del mundo: Machu Picchu¡¡¡

Estábamos preparados para ver algo insólito, habíamos borrado de nuestras retinas todo lo visto anteriormente, para dejarnos sorprender por su encanto y grandeza. Estábamos por fin listos para dejarnos enamorar. 

Este viaje comenzó en Cuzco a las 7 de la mañana, nos subimos a un bus local, dirección a Santa María, teníamos por delante largas horas de bus antes de llegar al pueblo donde después compartiríamos un taxi  con dos francesas y un uruguayo muy viajado. Los cinco éramos los únicos turistas en esta ruta, ya que la mayoría del publico suele subir hasta allá en el PerúRail, un tren abusivamente caro.

 El taxi nos llevaría por un polvoriento camino a una Central Hidroeléctrica. Aquí comenzamos a caminar aproximadamente durante dos horas junto a las vías del tren.


A cada paso nos dejábamos maravillar por el entorno selvático, a un lado teníamos un salvaje río que erosionaba las inmensas rocas, que a su paso encontraba, de forma caprichosa  y al otro una espesa naturaleza de colores y formas sorprendentes.






  



Al anochecer de ese mismo día llegamos a Aguas Calientes, y nos dimos cuenta de que cada vez estamos más en forma y nos cuesta menos caminar largas distancias disfrutando de nuestros pasos. Así como buscar y encontrar alojamientos BBB.




Llegó la mañana del día 13, nos despertamos con la emoción del momento, algo truncada por el sonido de la lluvia, aunque esta cesó en cuanto salimos. A las 5:30 estábamos saliendo hacia las ruinas en un autobús (quisimos ahorrarnos la caminata de subida ya que una vez en Machu Picchu tendríamos la oportunidad de caminar hasta el Wuayna Picchu ).

Tan pronto Cruzamos la entrada principal de las ruinas comenzamos a sentir  el lugar donde estábamos. Cuando la niebla se disipaba aparecía tras de ella numerosas construcciones incas. Los ojos se nos salían  de órbita, aquello es precioso. 






Paso a paso fuimos cruzando la plaza central y fuimos recorriendo sus callejuelas hasta llegar a la entrada del Wuayna Picchu.


 A las 7 comenzamos a subir esa encrespada montaña escalón a escalón, pero cada pocos pasos teníamos que detenernos a "observar" el blanco paisaje que dejaba la niebla a su paso, para recobrar el aliento ya que a esas alturas se hace pesado respirar y sientes que el aire no llena tus pulmones como de costumbre. 




Tras una hora de subida llegamos a la cima y para nuestro asombro...no se veía nada, tan solo el blanco.
Nos sentamos con la esperanza y la ilusión de quien va a recibir un regalo, y está esperando a que se desenvuelva. Y de pronto el viento disipó las nubes y tuvimos nuestro ansiado premio, unas vistas indescriptibles del Machu Picchu y su ciudadela.



Comenzamos a descender muy lentamente por sus inclinadísimas escaleras. Hubo Puntos en que tuvimos que bajar de espaldas y utilizar manos y pies por el miedo que producía el vértigo. 




Una vez abajo, nos dejamos llevar por sus rincones, viviendas, templos y sobre todo por las vistas. Una vez más nos sentimos como dentro de una postal.









Sobre las 2 se puso a llover con fuerza y cual "Poncho Villa", seguimos visitando la ciudad antes de marcharnos.



Como hasta ahora la vida nos provee y nos ofrece lo que necesitamos, en este caso también lo hizo, un transporte para volver a Cuzco, y el destino puso en nuestro camino un grupo de estudiantes con su profesor, que insistieron en que fuéramos con ellos en su bus privado. No pudimos decir que no :)