viernes, 24 de enero de 2014

SINGAPUR, LA CIUDAD DONDE...

Está prohibido comer chicle, fumar por la calle, tirar petardos, decir palabra malsonantes, pedir limosnas... La ciudad del lujo, de los centros comerciales laberínticos, del hormigón, de las luces, de los chinos y de los indios, de los inventos, de los chollos, de la limpieza, de las obras arquitectónicas faraónicas, de lo absurdo, de lo nuevo, de la comida barata y de la muy cara... 





Singapur es muchas cosas, pero para el turista como nosotros somos, es una ciudad muy segura tanto, que entre sus enormes edificios puede resulta aburrida, ya  que se hecha de menos la improvisación, la creatividad inherente en el ser humano, eso que nos aleja de parecer máquinas, de la oficinas y de los centros comerciales, esa naturalidad que es propia de la madre tierra, y que desde el asfalto de Singapur parece yerma. 
















Pese a ello, dentro de los étnicos barrios y al las espaldas de sus altos edificios, encuentras la vida de estos ciudadanos que parecía perdida, les oyes gritar, cantar, sonreír y vivir...












Sin duda no nos arrepentimos para nada de haber visitado esta ciudad, aunque sea para habernos quitado un poco el polvo de encima, ya que ahora tenemos por delante un destino bien diferente...



Mañana volamos hacia Camboya y nuestro estómago hace pequeñito,al pensar en ello.
Llevamos ya mucho tiempo preparándonos para meternos en el interior de sudeste asiático. La incertidumbre nos arranca una sonrisa nerviosa. Pero como hasta ahora hemos aprendido, desde cerca todo es más fácil de lo que parece.

martes, 21 de enero de 2014

En busca de los Dragones de Komodo

Tras preguntar en muchas, muchas agencias, por fin pudimos salir en busca de los famosos dragones de Komodo, pero no podríamos visitarlos en la propia isla de Komodo, ya que debido a la mala mar los barcos no salían. Sin embargo, pudimos navegar a la Isla de Rinca dentro del Parque Nacional de Komodo,  esta es una de las 4 islas donde se le podría ver en acción o al menos, eso creíamos.


Comenzamos nuestra aventura en un barco con motor y medio, ya que este estaba estropeado,  aunque luego se arregló, pero finalmente se volvió a estropear...

Así que decidieron que en medio del mar y entre olas que mecían el barco arriba y abajo, abordáramos cual piratillas, un segundo barco. Una vez dentro,  nos sentíamos todos un poco mareados, ya que hemos descubierto que quedarse quieto en el mar, marea, y mucho.
Esta vez sí que, pondríamos rumbo a Rinca. Disfrutamos pasando entre islas bañadas por agua turquesa tan tranquila y cristalina que se reflejaban las nubes y se dejaban ver los pececillos...









Una vez en la isla este cartel nos desconcertó un poco pues no era lo que esperábamos encontrar en una isla, pero se ve que sí, que los hay e incluso nadan en el mar cercano a un manglar.


Esta isla, está habitada por una docena de Rangers (guarda parques) y según ellos más de 1.200 dragones aunque nos cuesta creerlos ya que tras un paseo de dos horas monte arriba monte abajo, la única señal de dragones que vimos fue bajo la cocina de los Guardas.

Donde reciben muy “Komodamente” a los turistas. Pese a ello observamos lo inmenso que es este singular reptil, y pudimos tomarles muchas fotos aunque de lejos, ya no nos dejaban acercarnos mucho. Esperemos que os gusten las fotos. 

















Tras reflexionar mucho acerca de nuestro próximo destino, y dándonos por vencidos ya que Indonesia es muy grande y nos faltarían vidas para vistar todas sus islas (aunque nos encantaría echar en este país al menos 5 de ellas), decidimos cambiar de país.
Así que tras mucho leer y  pensar, ponemos rumbo a Singapur, no porque es un destino de fácil comunicación aérea con otros países, no.

¡¡Es por que Willy Fog estuvo allí en su vuelta al mundo. Y nosotros no vamos a ser menos!!


lunes, 20 de enero de 2014

DE ISALA EN ISLA (KANAWA)

ISLA DESIERTA. ¿Qué es lo primero que te viene a la cabeza cuando piensas en una Isla Desierta? Yo me imagino una isla no muy grande, más bien pequeña, la cual poder recorrer paso a paso por su orilla y en poco tiempo haberla rodeado por completo. Me imagino una orilla de arena blanca, y vegetación en su interior. Aguas de color turquesa donde se intuyen la inmensidad de peces de colores. Me imagino pequeñas cabañitas donde poder pasar la noche a la orilla del mar, donde su susurro te mece hasta hacerte soñar, y muchas hamaca colgadas, donde poder descansar de… no hacer nada más que disfrutar de la belleza de la naturaleza.

Todo esto y mucho más lo encontramos en una pequeña isla cerca de Flores, a una hora y media en barco llegamos al paraíso llamado KANAWA.




Allí pasamos 2 días, disfrutando de los pequeños rinconcitos de la isla, donde no había más personas que los propios trabajadores del resort, y otras 20 personas más que como nosotros, querían disfrutar de ésta maravilla natural.





















Durante nuestras expediciones en la isla descubrimos pequeños seres vivos que en algún momento habíamos visto en un documental mientras nos echábamos la siesta en Madrid tumbados en el sofá: desde inofensivas crías de tiburones nadando en la orilla, grandes y pequeñas estrellas de mar destacando sus colores en la arena y mecidas por las olas del mar, bancos de peces saltarines, conchas y caracolas de millones de formas y colores diferentes, hasta eslabones perdidos en la evolución, medio peces medio reptiles, capaces de caminar sobre la tierra con sus aletas delanteras y moverse por el agua como peces que son, así como volar a saltos sobre la superficie del agua.








 Y todo esto desde la orilla… Así que os podéis imaginar lo que había en el fondo del mar… Nosotros nos hacíamos una idea y decidimos zambullirnos en sus profundidades para descubrir ese nuevo mundo. Ésta vez no tuvimos ningún amigo con cámara subacuática, así que no os podremos enseñar todo lo que vimos, tan solo os podemos hablar de la sensación de sentirse como en un documental rodeados de peces payasos viviendo en sus queridas anémonas, peces león (lion fish), enormes estrellas marinas de color azul, corales que se escondían al toque, morenas asomando la cabeza entre las piedras y un sinfín de animales  de los cuales desconocemos sus nombres…


Es increíble como una isla tan pequeña esconde tanta vida…