miércoles, 28 de mayo de 2014

ESCUELAS DE BAMBÚ

No se puede explicar que son las “Escuelas de Bambú” sin antes hablar del Hermano Víctor. Ésta magnífica persona hace ya 50 años que dedica su vida a distintas misiones en Tailandia. 


Su último gran proyecto comenzó hace 7 años en una zona fronteriza entre Myanmar (la antigua Birmania) y Tailandia. 

Lleva todo este tiempo apostando por una educación de calidad y gratuita a los menos afortunados. Acoge en la escuela a cualquier niño que ve que no está escolarizado, que no sabe leer, o que no habla tailandés, ya que mucha de la población que rodea la zona son familias Birmanas que cruzaron la estrecha frontera que separa ambos países.

Tanto él, como el equipo educativo que allí trabajan, luchan por ofrecer ésta gran oportunidad a los mas pequeños. Y es emocionante ver como le quieren los niños, cómo le buscan para abrazarle o simplemente jugar con él y treparle ágilmente. 




Tan sorprendente como la historia del Hermano, es la de un voluntario muy especial que acompaña ésta increíble labor también muy de cerca: Él es Federico, jubilado, pero activo y apasionado por ofrecer a los niños lo mejor de sí, y además les enseña un segundo (y en algunos casos tercer) idioma: INGLÉS.



 Es increíble ver cómo sigue quedando gente, que son capaces de abandonar todas las comodidades que se tiene en el propio hogar, por ayudar y ser feliz al lado de los que no tienen tanto.

Las ESCUELAS DE BAMBÚ surgieron hace alrededor 7 años, muy cerca de la frontera con Birmania, en un terreno que acogía a todos esos niños, sobre todo Birmanos, que no estaban escolarizados. Las clases se encontraban en una zona bien salvaje, verde y... fabricadas con bambú (material que abunda en la zona). El lugar no podría ser mas hermoso. Hoy por hoy albergan a mas de 400 alumnos, por lo que ampliaron las escuelas, y construyeron otro colegio paralelo, algo mas grande y mas cerca del pueblo de Sangkhlaburi. 

ESCUELAS DE BAMBÚ:












EL OTRO COLEGIO DE LA SALLE:













Nosotros nos hemos sentido muy afortunados de haber conocido de cerca un proyecto que conocíamos desde hacía muchos años, y por fín hoy hemos tenido la oportunidad de acercarnos y poner nuestro pequeño granito de arena en éste gran proyecto.






La experiencia con los niños ha sido inmejorable, nos hemos sentido queridos por ellos, y nos ha emocionado ver como sin palabras eran capaces de transmitirnos tanto. Nunca olvidaremos esas profundas miradas y esas brillantes sonrisas que hacen que guardes recuerdos a fuego para siempre.







También vivimos la otra cara de la moneda, vimos situaciones concretas de familias, las condiciones en las que viven y la historia que guardan detrás. Es duro ver aquello que sabes que existe pero que nunca tienes ese contacto directo.




Estamos muy agradecidos por haber vivido un tiempo en una zona tan bonita, rodeados de tan buena gente, con unos niños tan luchadores.

Gracias una vez más por habernos "abierto una ventana".




1 comentario:

  1. Nunca perdamos la esperanza. Siempre habrán angelitos que entreguen su vida por los demás. Gracias a LA VIDA que nos da tanto.
    Besos a toneladass

    ResponderEliminar