Tras un largo y desconcertante ferry dejamos atrás Las Gili
Island. No pensábamos que estábamos tan lejos de la Isla de Bali, y las cuatro
horas que tardamos en llegar a la isla nos vinieron muy bien para descansar el
madrugón y el “estresante ritmo de vida que llevamos”.
Una vez en Ubud, fuimos directamente al alojamiento que nos habían
recomendado una pareja Ibicenca, Oscar y Jaqueline. Queconocimos mientras pasábamos algunos días
juntos descubriendo las cristalinas aguas de Gili Island y sus “warungs” (restaurantes locales) más escondidos de la
isla.
En Ubud, bueno mejor dicho en todo Bali, excepto en Kuta (que es una kuta basura), se respira un aire tranquilo y distendido. Un mezcla de religión y de espiritualidad hacen de esta isla un lugar único, el que escribe se plantea quedarse allí para toda la vida, pero no hay jamón y eso no se perdona…Sin embargo esto no parece haberle importado a la gran cantidad de occidentales que parece haber encontrado aquí su lugar de residencia
Recorriendo sus carreteras es fácil encontrar arrozales que
reflejan el cielo, entre los brotes de arroz y sobre sus aguas estíaticas.
Recorriendo sus carreteras, es como hemos visitado templos, y compartido
muy buenos momentos con su gente local. Todos ellos se han mostrado indescriptiblemente
amables, respetuosos y sonrientes, jamás nos habíamos sentido así antes en ninguno
de los países que habíamos visitado.
Visitando diferentes templos, con sus aguas purificadoras...
Esperando a que cesara la lluvia...
Gracias a un mejicano llamado Fernando pudimos ver el trabajo artesanal de talladores, que incluso trabajaban con marfil fosilizado...de mamut!!!
Monkey temple en Ubud ¡¡¡Cuidado con los monos!!!
Disfrutando de una colorida, Obra con su tradicional danza balinesa.
"Falete el Conquistador"
Templo sobre el mar Tanah Lot.
Todo esto lo hemos compartido, con nuestras niñas, ya que decían que nosotros habíamos sido como sus padres para ellas, pero ni mucho menos, compartir estos días con ellas ha sido enriquecedor, y muy muy divertido, ahora creo que las echaremos de menos y pese ha habernos despedido, tenemos la mutua impresión de que pronto nos volveremos a reencontrar por el sudeste asiático, ya que nuestros caminos son muy similares¡¡¡
Ahora, nos vamos volando a la isla de Flores, en busca del dragón de Komodo y sus islas paradisiacas...
Hola chicos!! Desde luego que se respita paz y tranquilidad en vuestras fotos!! Me encanta la cantidad de vegetación que hay por todos los sitios!! Espectaculares los templos... y muy pintoresca la danza, eh? O_o
ResponderEliminarAquí esperaremos ansiosos a saber de vuestras aventuras con el dragón de komodo!! :-)
Besotes!!
Hola chicos... me ha encantado cada imagen y cada palabra. Gracias por compartir la magia de este viaje. Desde hoy tenéis una férrea seguidora de vuestra aventura. Un abrazo desde los madriles.
ResponderEliminarChicos siempre que veo vuestras fotos me pasan dos cosas la primera es la alegría por veros tan happy y la segunda es lo largos que se me ponen los dientes de la envidia pero esta vez hay una tercera y es que yo no me monto en ese avión ni loco que es un autobús con alas por favor seamos sensatos
ResponderEliminarmuchos besos. ivan valle y pedrito